22 febrero, 2007

Llegó Chopi!Sano y salvo a refregarme en la cara su felicidad boliviana. Pero partes de nuevo hermanito, así que te seguiré extrañando. En fin, Bolivia, Bolivia, Bolivia, país de mis amores, que ganas me dan de volver!!!. Anoche, hablando con Barb, recordando a Chris porque hoy es su cumple, le conté que el segundo momento sublime de mi vida fue por allá en el norte, un día de principios de septiembre. Era nuestro segundo día de tour por el río Beni, y el tercero sin tirar desde la primera vez en la comodidad de nuestro hotel en La Paz, luego de haber sorteado el Camino de la Muerte (la ruta más peligrosa del mundo) y ciertos inconvenientes en Guanay, nos encontrábamos en la Comunidad del Carmen, un poblado con casas de techos de fibra, tan sencilla, tan perfecta. Esa mañana partimos a la selva con Pedro, el guía local, un hombre encantador que se dedicaba a buscar oro en el río y una novia en las otras comunidades ( las mujeres de la suya eran todas sus parientes sangríneas o políticas), ambas tareas difíciles. Algunos hombres pescaron pirañas y como Chris no logró atrapar ninguna me dijo que si quería sobrevivir en la selva tenía que buscar a un muchacho que no fuera francés (sic). Me enternecí hasta no innombrable, aunque no pude dejar de pensar, para mi y sólo para mi, que para sobrevivir en la selva no necesitaba a ningún muchacho de ninguna nacionalidad, pesadez la mía hasta en los mejores momentos. Toda una tarde en la jungla. Volvimos a la Comunidad cansados, sucios y sin ninguna posibilidad de ducha, así que sin pensarlo me metí al río. Él tan caballero, me acompañó seguro temiendo que me ahogara, estuvimos allí hasta que anocheció y nos llamaron a cenar. Hacía mucho calor y me puse mi vestido rosado del Líder (ese con el que, según Jose, parezco una Barbie barata, de esas que no tienen anticulaciones), máxima expresión de femineidad en esas circunstancias y con el que, según Chris, parecía una gitana. Comimos rico, tomamos vino boliviano (no coments), nos sentamos a conversar con Pedro a la luz de una vela y comimos queque de plátano con hormigas. En el árbol, nos esperaba su hamaca, porque podíamos ser turistas, pero nunca dormir en la "tienda india" que nos tenían destinada (cosa para estadounidenses y otro tipo de europeos). Cuando el viento apagó la vela, nos fuimos a dormir, en realidad nosotros no, Greg, aunque dudo que lo lograse. Fue una noche linda, el final de un día lindo, y Chris silvaba Aznavour mientras yo le contaba la vida de Ferenc y su música gitana, me fumaba mi cigarro de antes de dormir (ahora si) y veía aparecer la luna llena entre los árboles de la selva.

20 febrero, 2007

Si mi ira se midiera en bombas atómicas, seguro que Ruperto Concha tendría que decir el próximo domingo que hoy estuvimos a un segundo del fin del mundo. Emputecida es la palabra que me define.Porqué? Por culpa del hijo de puta de JJ. La verdad es que pienso y pienso porqué me gusta tanto este desgraciado y no llego a ninguna conclusión lógica. Será por su olor a campesino que me hace recordar al primer hombre que deseé, cuando todavía ni siquiera era una adolescente y vivía en un manzano sin ninguna otra entretención que fantasear con este hombre que era el único en kilómetros a la redonda? Mientras mis amigas lo hacían con prototipos más sanos como los New Kids, claramente yo quedé cagada por la falta de luz eléctrica. Pero no creo que sea esa la única razón. También porque es un cabrón de esos a los que siempre detesté y ahora la estoy pagando, masoquismo de mi parte. Para más mala cueva, mi amiga Su está triste, no quiere venir el fin de semana a ver si por fin aparece alguien con quien tirar. Pero compañera, no se preocupe, seguro que en un año nos olvidamos de estos desgraciados y hasta nos reímos de nuestra tontera, tan contentas vamos a estar follando con árabes, africanos y europeos en general (descarto a los asiáticos porque a mi en lo personal no me gustan), haciendo nuestro aporte a la integración de los pueblos, que este par de machitos sudamericanos nos van a parecer insignificantes, te lo aseguro. Mientras tanto, no nos queda otra que sufrir un poco, si al final que más da, sigo con mi teoría que es mejor sentir algo.

18 febrero, 2007

Tardes de calor y onanismo, si ya parece que al lado de la L de loser, en la frente tengo grabada esa O, y si a eso le anteponemos una J de jugosa, ya está, soy la J Lo de mi block. La verdad es que entre que despierto, leo y me masturbo y así sucesivamente pasan mis tardes de obrera del alcohol. Claro que siento que la vida se me va en este fin de ahorrar para nuestro viaje, pero que más hacer, no nos queda otra, miren que yo no tengo un novio que me mantenga. A la Buce la tengo totalmente abandonada que me da pena, la playa San Mateo ya se olvidó de mi y sólo guardo como vieja costumbre escribir en este blog, para que Barbarella no se queje que no sabe nada de mi y al final igual se queja (malagradecida, con lo que me cuesta hilar las frases por lo de mi dislexia). Todo es un poco aburrido, claro que puedo fantasear de cómo será todo por allá, para después plantearle mis ideas a la Su, que nunca está de acuerdo conmigo. Desechó la posibilidad de prostituirnos y de ser lanzas internacionales (y yo que ya estaba haciendo los contactos con un amigo), que eran mis mejores cartas para ser una emprendedoras. Ahora, que pretende mi compañera de aventuras?Tiene ideas más románticas como que nos casemos con nuestros respectivos "novios" franceses (los que de seguro ya ni nos recuerdan) o en el peor de los casos que al llegar nos preñemos al toque para tener un pasaporte europeo de carne y hueso. Nunca nos pondremos de acuerdo en eso, pero en lo que si coincidimos es que pretendemos pasar el Año Nuevo 2008 en los Campos de Marte, con nuestra botella de pisco made in Cochiguaz, que a ninguna de las dos nos gusta mucho pero se trata de hacer patria, mirando los fuegos artificiales de la Tour Eiffel seguramente añorando los de Valparaíso.

17 febrero, 2007

Ya es hora de hablar del tema, dos semanas es tiempo suficiente para el post trauma. El asunto es que una mañana de sábado dormíamos con Eva en nuestro confortable apartamento, cuando a eso de las ocho y treinta de la madrugada nos despertó un estruendo de terror. Primero pensé que era el comienzo de un terrible terremoto de fin de mundo, los temores acumulados desde mis cinco años afloraron ipso facto y estuve al borde de entrar en pánico, pero luego, al mirar por la ventana me di cuenta que los cables no se movían como en 1985 y descarté la posibilidad. Sin embargo, también me percaté que desde el sector de la Plaza Echaurren venía un humo espeso a cubrir todo el quartier, acompañado por miles de papeles que volaban por el aire. Entonces volvió el recuerdo de mis veintiuno y pensé en un ataque terrorista, y claro ¡que bien!, por fin nos armamos compañeros, pero porque cresta se enzañan con mi bello barrio. La cosa es que nos vestimos (sin preocuparnos ni de los calzones, obvio) y partimos al sitio del suceso cual viles viejas copuchentas. Llegamos sólo hasta el Mercado porque nuestro vecino, que es un señor que nos quiere mucho porque dice que le alegramos la vida con nuestros escotes y minifaldas, nos advirtió que había sido una explosión producto de un escape de gas. Entonces fue cuando pensé en una historia que me habían contado, de cómo una vez Valparaíso entero estuvo a punto de desaparecer del mapa mundi por una fuga de gas gigantesca por allá en los años noventas. Reconozco que pensé en escapar a la Ciudad Jardín, pero luego decidí que era más digno morir en el Puerto que apretar cueva a lugares más seguros cual refugiado político. Ahí nos quedamos, avisamos a Mod para que juntara agua pero ella ni se había percatado de nada y estaba absolutamente más interesada en la postura de argollas de los muchachos Marmota y Cato y no nos dió ni bola. El asunto es que quedó una cagada de proporciones apocalípticas, cuatro edificios destruídos, los alentours destrosados como si hubiese pasado Godzila, escombros por doquier y mucha gente haciendo turismo de tragedia que daba vergüenza. Estuve todo ese día un tanto nerviosa, como cuando el 11S pero sin el buenmozo de Carlos Passi para que escuchara mis temores, me di una vuelta en A. P. y era otra ciudad, todo tranqui, a nadie le importaba nada. Ya ha pasado el tiempo y las cosas empiezan a volver a la "normalidad". Para los juerguistas ya se habrieron los lugares del carrete patrimonial, los bomberos ya no tienen tanto trabajo, algunos negocios atienden en otra parte. Pero cómo volver a transitar por esa calle donde me gustaba ver la transformación del lobo en hombre, meterme en el Rincón Hindú o en Euromoda a satisfacer mis pocos momentos de consumo, ver el departamento donde siempre quise vivir e imaginarme una vida, encontrarme con NN una tarde brumosa de invierno, otra de las tantas casualidades que no nos unieron. Ya nada va a volver a ser lo mismo en el Barrio Puerto.

15 febrero, 2007

Capítulo parroquianos. Por quien comenzar? Martuca,aunque no entra en ninguna otra categoría más que en la de persona non grata, loca adicta perdida del Barrio Puerto (tan gringamente llamado ahora "Zona Cero"), que por las tardes parte rumbo a Cumming a ver si encuentra la moneda salvadora de la noche. Con la suciedad de días y los síntomas típicos de la abstinencia, irrumpe siempre en el momento menos oportuno para sacarnos de quicio, aunque al parecer Roman encontró la forma de espantarla tirándole agua y Rafa se muere de pena. También hay un hombre moreno, amigo de las musculosas o en su defecto de camisas que dejen en evidencia su abundante vellocidad toráxica, quien espera afuera a que se suban las cortinas porque es el primero en entrar en busca de su dosis de Paceña. Se sienta solo y se fuma unos cigarros, a veces se ríe. Extraño muchacho, la única vez que lo he visto conversando con alguien fue una vez con un hombre galo, que es el que de verdad se parece a Spiniak (me cagué de la risa cuando lo ví, y claro era igual, pero no precisamente el francés que yo le decía a NN. Ya aclaramos el malentendido). Quien más? Una troupe de franceses que viene casi a diario y que después de unas copas varias insisten en hablarme en su lengua materna, que en esas condiciones es más difícil de entender que el quebeçois. Y ese viejo culiado canoso que toma Capel, un cerdo asqueroso que conocí en otros tiempos por allá por San Martín, tan digno haciendo vida familiar los domingos a la hora de almuerzo. Un hijo de puta degenerado. Y claro, el amigo poeta, que hace durar sus dos copas de vino toda la noche y molesta a quien se le ponga en frente, sobre todo a los desafortunados de la barra como Néstor o Rafa, que ya planean como asesinarlo. A sus cinco mil años todavía parece tener cuerda para rato y me prometió que si le va bien con la venta de una de sus tantas propiedades (avaluada en dólares, por supuesto), nos va a dar una propina de un millón de buenos pesos chilenos. De los demás tal vez hable luego, espero que no suceda lo que teme Barb y termine autocensurándome...

14 febrero, 2007

Y resulta que no me la pude, claudiqué, no resistí. Fue encontrarlo un día en MSN, recordarle que tenía el Concierto Barroco chez moi, ponernos de acuerdo para que lo fuera a buscar y de pronto ya estabámos en la cama de nuevo. Cagados de la risa, tomando Paceña, como antes de Bolivia incluso. Ahora hasta me ha visitado de noche (justo los días que me tengo que levantar más temprano), inauguramos el sistema de iluminación de mi cama antigua, nos torturamos un poco como siempre, no dormimos nada. Pero resulta que este infeliz (lo llamo así porque desde cierto punto de vista lo es, pero más porque me da rabia todo lo que me pasa con él) tiene una capacidad extrema para llevarme de la felicidad de esa noche, por ejemplo, a la ira de la tarde siguiente cuando me refriega en la cara a su novia paseandose frente al bar. En fin, eso pasa por ser la amante, palabra bastante elegante para definir mi situación, porque la Eva me recordó el otro día la manera chilensis de calificarme (algo que no voy a escribir aquí) y me dio hasta miedo. Pero para que voy a mentir, estoy contenta, aunque Mod ponga una cara de lástima cuando hablo de él, o Su y Eva teman que en octubre no quiera partir a causa de este empotamiento, y en general a nadie le guste él más que a mi...

06 febrero, 2007


De vuelta a la vida laboral, heme aquí trabajando, increíblemente, y no puedo parar, a falta de una pega, ahora tengo dos, las noches en Mi Casa (ese bar donde muchos ya no van porque le cambiaron todo su estilo intelecto-tradicional-neo-porteño-cdls) y los días del finde en Journal del Puerto. Ya no tengo vida, pero si dinero, que estoy ahorrando para partir al Viejo Continente (a la mala) con mi amiga Susana, que también esta chata de tener trabajos de mierda (aunque los de ella bien remunerados) por acá en el Tercer Mundo, así que decidimos ir a limpiar wateres al norte. Lo bueno de trabajar en este bar es que la gente es muy buena onda, tengo pocos compañeros pero buenos; el Mae que me cuenta cómo cocinada perros en el la frontera con Bolivia cuando estaba en el ejército; Roman, un austriaco que tenía un hotel en mi barrio donde hacían unas apoteósicas fiestas en la azotea y que además es un desconocido cantante de áreas; Cata, una veinteañera recién estrenada que tiene un novio brasileño, quienes aman carretear como cuando uno también tenía esa edad. Para que hablar de los parroquianos, un variopinto ejército de bebedores, principalmente de cerveza, amantes de los tangos de los lunes y de los boleros de los martes y también supongo que de la música "alternativa" que el jefe quiere que se escuche (me censuró completamente a Alanis) el resto del tiempo. Necesito más tiempo para hablar de ellos, otro día, a otra hora, da para un capítulo aparte. Estas son las primeras apreciasiones luego de un par de semanas, nada más. También hay otras cosas de las que pretendo hablar luego, cuando todo esté más tranquilo...