Y resulta que no me la pude, claudiqué, no resistí. Fue encontrarlo un día en MSN, recordarle que tenía el Concierto Barroco chez moi, ponernos de acuerdo para que lo fuera a buscar y de pronto ya estabámos en la cama de nuevo. Cagados de la risa, tomando Paceña, como antes de Bolivia incluso. Ahora hasta me ha visitado de noche (justo los días que me tengo que levantar más temprano), inauguramos el sistema de iluminación de mi cama antigua, nos torturamos un poco como siempre, no dormimos nada. Pero resulta que este infeliz (lo llamo así porque desde cierto punto de vista lo es, pero más porque me da rabia todo lo que me pasa con él) tiene una capacidad extrema para llevarme de la felicidad de esa noche, por ejemplo, a la ira de la tarde siguiente cuando me refriega en la cara a su novia paseandose frente al bar. En fin, eso pasa por ser la amante, palabra bastante elegante para definir mi situación, porque la Eva me recordó el otro día la manera chilensis de calificarme (algo que no voy a escribir aquí) y me dio hasta miedo. Pero para que voy a mentir, estoy contenta, aunque Mod ponga una cara de lástima cuando hablo de él, o Su y Eva teman que en octubre no quiera partir a causa de este empotamiento, y en general a nadie le guste él más que a mi...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home