20 febrero, 2007

Si mi ira se midiera en bombas atómicas, seguro que Ruperto Concha tendría que decir el próximo domingo que hoy estuvimos a un segundo del fin del mundo. Emputecida es la palabra que me define.Porqué? Por culpa del hijo de puta de JJ. La verdad es que pienso y pienso porqué me gusta tanto este desgraciado y no llego a ninguna conclusión lógica. Será por su olor a campesino que me hace recordar al primer hombre que deseé, cuando todavía ni siquiera era una adolescente y vivía en un manzano sin ninguna otra entretención que fantasear con este hombre que era el único en kilómetros a la redonda? Mientras mis amigas lo hacían con prototipos más sanos como los New Kids, claramente yo quedé cagada por la falta de luz eléctrica. Pero no creo que sea esa la única razón. También porque es un cabrón de esos a los que siempre detesté y ahora la estoy pagando, masoquismo de mi parte. Para más mala cueva, mi amiga Su está triste, no quiere venir el fin de semana a ver si por fin aparece alguien con quien tirar. Pero compañera, no se preocupe, seguro que en un año nos olvidamos de estos desgraciados y hasta nos reímos de nuestra tontera, tan contentas vamos a estar follando con árabes, africanos y europeos en general (descarto a los asiáticos porque a mi en lo personal no me gustan), haciendo nuestro aporte a la integración de los pueblos, que este par de machitos sudamericanos nos van a parecer insignificantes, te lo aseguro. Mientras tanto, no nos queda otra que sufrir un poco, si al final que más da, sigo con mi teoría que es mejor sentir algo.