12 marzo, 2007

Quedemos de acuerdo que esto no tiene que ver con hombres. Hace días que me quería embriagar como antes, cuando mi vida era sabática y el punto es que lo logré. En realidad lo logramos, con Su salimos del bar ya un poco alcoholizadas, rumbo a casa con escala en Playa, para vitrinear un rato. Sorpresa, lo primero que me encuentro al llegar: Mr. Mamada y su friend Garrapata, recuerdos lejanos de los primeros días de mi soltería, y de pronto todo calzaba, la vida volvía a su curso normal, otoño again, carrete desatado. Más cervezas y de pronto Pancho, el hombre más simpático de los últimos tiempos aparece en escena y de ahí a armar un after trece segundos. Eva dió su aprovación y partimos a Cochrane donde nos esperaba don ron y unos pitos de nuestra cosecha. Y que cresta se puede hacer en un after, los anteriores habían sido medio desastrozos, pero al parecer con lo del cambio de hora estábamos todos animados y entre canción y canción de Gipsy Kings salió una botella vacía (en teoría para jugar a la verdad) y terminamos agarrados a besos. Que cagadero de risa, aunque fue duro volver a encontrarme tan de cerca con Gonzalo, me sentí joven de nuevo, como si mientras más me acerco a la treintena vuelven los días felices de mi adolescencia y dejo atrás la vida aburrida que viví entre los diecinueve y los veinticinco. Al día siguiente, volvimos a reír y la Eva, que se había ido a acostar y no había participado en el juego no lo podía creer. Estamos planeando otro after...