14 marzo, 2025

 Llevo un tiempo largo emputecida con las mujeres que aparecen en las series. Las mujeres de Netflix, las Mentirosas, las Valerias. Me enerva su ingenuidad, su neurosis, esa manera de ser atolondrada y duditativa que al parecer es el ingrediente fundamental para la heroína postmoderna; siempre tiene cierto éxito profesional y los hombres las adoran a pesar de ser insufribles. Patearía sus caras desencajadas, su rímel corrido de llorar por un imbécil, su buena ropa y sus conflictos tan falsos que ni siquiera dan risa. Puedo entender que este tipo de esquetches (porque ni siquiera dan para historias), pudieran gustar hace veinte años, cuando la idea de sufrir por un Mr. Big o ser una maraca consumada como Samantha Jones podía tener algún interés. Pero después de haber sobrepasado largamente la barrera de los cuarenta, no me puedo bancar tanta estupidez; lo que me provoca en realidad es vergüenza ajena y pena de pensar que hay mujeres que creen que la verdadera vida está en esos pisos coloridos de Madrid, en todo ese mal gusto, esa estridencia. Enfin, también me siento una vieja culiá despotricando contra la modernidad .

05 marzo, 2025

 Me tocaba cocinar por segunda vez en ocho meses. Como no confío para nada en mis dotes culinarias, compré más cava que ingredientes y terminamos bebiendo de más. Ya había vuelto al ruedo este mes con una botella de Capel de litro que fui bajando poco a poco hasta terminarla con una especie de sorbete de frutos rojos que JC amó ampliamente. Me miento y digo que es un permiso antes de otra pausa larga porque me detectaron una bacteria en el estómago que tengo que combatir con antibióticos, lo que me alejará de las canchas de la perdición por lo menos diez días. Pero primero es necesario destruirse, beber cuatro botellas de cava, fumar no se cuantos cigarrillos, tener una crisis de llanto de la que no recuerdo el motivo, despertar más cansada luego de mi día de descanso. No se como JC me tiene tanta paciencia. Mi mamá me dice que de verdad me debe de querer porque ha visto lo peor de mi; vómitos, diarreas, arrebatos infantiles, llantos descontrolados. Me debe de querer, tal vez como yo lo quiero a él, que me saca sonrisas cuando me acuerdo de su cara, de sus exageraciones, de como me abraza mientras dormimos, que lo extraño cuando parte dos días a Medio Oriente.