Estoy en el mismo edificio, mismo piso, el departamento de la esquina. Diesisiete años después cometiendo los mismos errores, escuchando Miranda, siendo irresponsable. A mi afición por el alcohol, la cocaína y el tabaco (que no han más que ido en aumento) ahora tengo el agrado de sumar un antidepresivo, un ansiolítico, pastillas para dormir y multiples vitaminas. Tengo cuarenta y tres años así que mi rutina diaria incluye además aquello llamado skincare. En estos años completé con éxito una ortodoncia (recuerden que la de la adolescencia me la retiré con tijeras en el baño del colegio), me hice una rinoplastia auspiciada por el copago 0 de Fonasa y tengo algunos ml de bótox en el tercio superior del rostro. La gente no suele notarlo. Solo estoy linda, vanidosa y rebosante de culpa. He tardado 37 años en darme cuenta que el peor de mis vicios son los hombres. Ya en el kinder persiguía al niñito que me gustaba y que obviamente no me daba bola y hasta lo golpié porque se estaba besando con otro niño. Todo lo que vino después no es más que tropiezo tras tropiezo, sólo les contaré los más recientes.
Recuerdan a JJ?