18 diciembre, 2007


Estamos aterrados. La tierra tiembla (y ojalá fuera al estilo Visconti y poder salir del cine cuando estaba tan cagada de frío). A comprar velas, guardar agua, cargar pilas, tratar de conseguir una linterna. ¿Pero que posibilidades tenemos de sobrevivir?. Si en un terremoto mueren miles de personas, porqué cresta tendríamos que sobrevivir nosotros, pecadores. Seguro que si el terremoto nos pilla en la calle se abre una grieta y caemos directo a las llamas del infierno. La verdad es que antes que empezara esta onda terremotística ya andaba un tanto paranoica (creía que en cualquier momento me iban a atropellar y caminaba pegada a las paredes) y me puse a recordar mis tiempos de creyente leyendo el nuevo testamento y pensando finalmente como mierda hay quienes pueden creer esas cosas. Así que aquí estamos, en la peor ciudad del mundo para que sucedan estas cosas, grandes edificios de principios del siglo pasado que se derrumban con sólo mirarlos, calles estrechas sin escape alguno, cables que parecen una tela de araña cargada con miles de voltios, este puto Pacífico que nos amenaza con maremotos que darán cuenta de los pocos sobrevivientes y claro NatGeo. Que miedo. Pero lo peor de lo peor sería que esto aconteciera ahora ya y nos quedaramos sin vida y sin ciudad para emborracharnos hasta la inconciencia desde el 27 al dos o tres de enero. Que terror. Así que incrédula como siempre llevo en mi cuello un rosario que me regaló mi madre, que no me saco ni cagando. Mientras tanto , voy a secuestrar a mi hermano el jueves y me lo llevo a un lugar más seguro.

14 diciembre, 2007

Tantos días sin escribir y tan poco que contar. Lo de siempre, findes satánicos, exceso (aunque la semana pasada exageré al parecer), lunes con ganas de morir, martes resignándome a que mi vida se trata de esto y de regreso a las pistas de baile gay, miércoles de cine aterrorizada con una peli como la vida, de esas donde los hombres se creen muy bacanes y no salvan a nadie y la mina cuando toma el control de la situción se los pitea a todos al touch, jueves decididamente de descanso hasta que Ale Zárate interrumpe mis dulces sueños y me exige reunirme con ella para bailar raggamuffin, y como no se decir que no me visto y en diez minutos he cruzado la city. Entro gratis al baile y siento un poco de cargo de conciencia por mis amigos que afuera luchan por colarse en una fila de kilómetros (la semana pasada entré con la Su y los demás-entre ellos Chopi, mi hermano- tuvieron que esperar cuarenta minutos...). En la entrada me encuentro con A. que también es VIP (de hecho mucho más que yo) y está tan loco que andaba con el libro que me había prometido hace semanas, a quién más que a él se le ocurre andar con esas cosas en una disco, por algo se le pierden. En fin, le dije que mejor me lo diera a la salida porque yo no llevo pantalones. Tanta gente, los amantes de Eva en pleno, y una eternidad de pendejos calientes que se eprovechaban del inevitable roce. Fue entrar y perderme de mi banda, tratar de cobrar mi vodka tónica tantas veces que ya estaba al borde de un ataque de nervios: llegaba a la barra y entre metaleros, punkis, reggaetoneros y machos varios de todos los estilos mucho más grandes que yo, mucho más resistentes a la multitud que yo (ya estoy empezando a temer por mi salud mental ahora que se acerca el carnaval-¡que susto!- vuelvo a pensar en estampidas humanas como en la ciudad santa de La Maca), mucho más hijos de puta que yo que se estiran como contorsionistas desaforados por sus asquerosas piscolas o roncolas del infierno (puros tragos de maricones), yo pequeña y frágil criatura sobria aún perdía la paciencia, me iba a dar una vuelta al baño con la esperanza de que a mi regreso el ímpetu de beber se hubiese calmado entre los asistentes, y me encontraba el baño también repleto de minas producidas hasta la ridiculez (todo porque yo andaba cultivando mi pinta de vagabunda que me va tanto ahora), como si hubieran hombred para seducir en aquel lugar. Entonces me encontraba a las dos de la mañana, con los nervios medio destrozados, sin poder chupar, sin poder mear, sin nadie a quien jotear (en realidad estaba A. pero ya estoy tan harta de él...) Pero como me he encontrado en situaciones peores, hice de tripas corazón (la frase favorita de mi madre) y partí decidida a luchar contra los canallas que se interponían entre mi embriaguez y yo (aún no sospechaba que la noche me deparaba más pruebas que sortear para cumplir este propósito, aunque claro, estaba ese presentimiento). Me acerqué lenta pero decididamente y con los codos filudos que heredé de mi padre me abrí camino hasta esa barra celestial. Tenía mi V.T. , ya estaba a salvo. La huevada es que quería tomarmelo lento, disfrutar del puto trago, entonces cuando vi a mi hermano aparecer de entre las luces discotequeras rumbo a la pista del lado y salí corriendo para saludarlo como una loca como lo hago siempre, como si no lo hubiese visto hace sólo unas horas en un concierto del coro de cámara en una iglesia perdida en Playa Ancha, cantando villancicos y toda esa mierda navideña que me emocionó casi hasta las lágrimas porque era él el que cantaba, como si no lo viera casi todos los días ahora que mi vida volvió a ser sabática y él ya no tiene a esa bruja por novia, la huevada es que para varear tontamente salí corriendo gritando Chopi, Chopito de mi corazón, hermano menor, chico increíblemente guapo con el que me quiebro con mis amigas y mis amigos!!!Y él no me escuchaba o fingía no escucharme porque vivo para avergonzarlo (sin querer), hasta que lo capturé, le dije algunas leseras que lo hicieron reír le di unos besos fraternales y me devolví a donde estaba bailando, con el vaso casi lleno como lo tenía cuando ví aparecer a mi hermano entre las luces discotequeras y lo salí persiguiendo, entonces en el pasillo estaba un gigantón ebrio bailando como un loco que me baña de un manotazo de mi propio vodka y yo con ganas de llorar, pensando que debía haber partido antes de que todo esto aconteciera porque tenía ese presentimiento y con furia le tiré el conchito de bebida que me quedaba en el vaso a esta altura casi vacío en plena cara y el vaso también si que más quedaba. Nada. Quedé tiesa hecha un Vodka Tónica. Pero nada puede amargar mi noche. Fui por otro, me lo tomé al seco antes de que algún hueveta me lo regara encima. Y a cada rato me encontraba con este tipo que me hacía burlas y yo le gritaba "¡imbésil!", hasta que se acercó a pedirme disculpas porque dijo que yo le caía tan bien y de adonde si ni me conoces ? de la calle, flaca, y me caís terrible e' bien, no quería arruinarte la noche... Y como ya lo dije no me puedo negar a nada, nunca, menos a un hombre: ya , no te preocupís si a no me arrinaste la noche. Fin del conflicto, si a mi deberían mandarme de diplomática a los Balcanes (¿o ya era?). De vuelta a casa perdí a mi hermano para seguir bebiendo, le pedí el famoso libro a A. y partí caminando cantando tangos y boleros de la época del Ángel más contenta que triste, sólo levemente embriagada, sola ya bien entrada la noche.

04 diciembre, 2007

Este mes de mierda y una sin ganas de escribir. Me he dedicado a meditar sobre el femicidio (conclusiones en las que me explayaré más abajo), ir a la playa , a salir con la Buce, a no beber, a no drogarme, a no dar jugo, a comportarme como una lady bronceada en definitiva. Bien aburrida my life el último tiempo. Me carga diciembre hasta el 26, cuando comienza nuestro hermoso carnaval de fin de año y la distorsión máxima como broche de oro para un año bien carreteado. Anoche, en la reunión mensual de Cochrane 87, ya empezamos a planear nuestro año nuevo (cena, alcoholes y lugar para presenciar los putos fuegos), cosas que nunca resultan pero por lo menos nos ponen contentos ante la posibilidad de tanto jolgorio (y tanta droga que, por supuesto, reservaremos con antelación, para después estar tan ebria que ni siquiera eres capaz de tirarte una línea y tiras todo ante tus amigos que se cagan de la risa el el paseo Yugoslavo). Así que este viernes dejo este trabajo y me doy una merecidas vacaciones , aunque tampoco TAN vacaciones porque tengo que ir a la capital en busca de mi nuevo hogar (si, cual Carmela me voy a habitar la jungla de cemento un poco a pesar mío pero en pro de mi salud física y mental). Mejor vamos con lo del femicidio.
Cada cierto tiempo a los medios de esta larga y angosta franja de tierra se les ocurren brillanteces desviadoras de atención, como el chupacabras (infecto engendro de la mitología rural), la selección nacional (infecta tropa de holgazanes a los que les pagan por ir a embriagarse al extranjero) o la infaltable farándula (a la que no calificaré porque me encanta). Pero ahora en un brote de increible sensibilidad social a estos hijos de puta les dio con lo del femicidio. Cada tarde en el noticiero central hacen un cómputo del número de víctimas que ha cobrado este delito como si lo hubiesen inventado recientemente y el año pasado a esta fecha no se hubieran pitiado a una sesentena de minas. Pican la cebolla fina, entrevistan hasta a la biscabuela de la víctima, a sus amigas de infancia, hasta a la profe de kinder, personajes que sin excepción resaltan las bondades martíricas de las occisa. Y claro, seguro que de verdad era una mujer ejemplar que camino a la santidad se encontró con un energúmeno que pretendió cambiar aunque todo el mundo le decía que aquello no acontecería nunca jamás, pero no, la futura Santa Nosequedenosedonde en su esfuerzo por llevar por la senda del bien a su piscolero, pasturriento y golpeador conviviente (si, esta futura santa vivía en el pecado carnal, lo que seguramente será obviado en el proceso de canonización) se encontró al final de su camino con una muerte brutal. Y hacen este puto y antojadizo espectáculo para hacernos creer que el problema de fondo es la violencia contra la mujer y no la violencia en general, la que mata sin importar el género, la violencia como consecuencia del ejercicio del poder, de los que tienen las armas, del estado, del imperialismo. Por otra parte, en un país tan evidentemente sobrepoblado de féminas como el nuestro (sino no se explica que un engendro como JJ tenga tantas minas) no nos viene mal que se mueran unas pocas, lo malo es que tal vez sean la equivocadas, porque por ejemplo podrían torturar y luego destripar (mientras aún viven of course) a las putas pacas que sacan partes sin sentido (femipaquicidio) o las putas canallas que se tiran el novio de su mejor amiga (femitraicionicidio) o a un montón de calzoneras de mierda inclasificables que poblan este país también de mierda (aunque no creo algún otro se salve).