11 septiembre, 2007

Una de mis amigas Susanas dice que cuando las mujeres tienen hijos se creen poseedoras de un secreto invaluable que sólo les es revelado al momento de parir, por lo tanto se convierten en unas lateras que sólo piensan en leches, pañales plásticos y todo ese tipo de trasendentalidades que las mujeres que afortunadamente no hemos tenido el placer de desgarrar nuestras vaginas o en su defecto hacernos acreedoras de una bella cicatriz en la línea del bikini, ni siquiera nos imaginamos. Qué decir al respecto. A mis amigas tocadas por este halo místico las veo poco y claro, siempre hablamos de sus hijos, como también yo les cuento mis historias y tal vez nos aburramos mutuamente, no estoy segura. Y si un día (por falla anticonceptual, por esos deseos de reproducirme que me dan de cuando en cuando) llego a tener un hijo? Seguro que este blog ya no se trataría de las esperiencias de una soltera empedernida (aunque lo seguiría siendo, porque un hijo, si está bien, pero un hombre no, está decidido), sino que sería una especie de album de esos que tenía mi abuela con el primer meshón de pelo y esas voladas pero onda ciberespacial. Que si JJcito se cagó, que si JJcito (pongo a JJ como eventual padre porque es el dueño del único semen con el que he tenido contacto últimamente, ahora que me gusta este otro y ya no quiero follar con nadie más, esa onda) se comporta como un precoz degenerado y chupa teta más de la cuenta, que si JJcito aquí y allá. Porque me fui en esta volada existencial si yo quería hablar de otra cosa?Divago como siempre, esto de la falta de oficio!
Lo latero. Hay muchas características que me molestan de la gente (porque soy una huevona intransigente, soberbia, pesada, etc.), pero si hay algo que de verdad detesto es a la gente latera. Y no hablo de típico curado latero (única y exclusivamente porque entro en esta categoría), sino que de esas personas que viven en problemas de toda índole y se quejan demaciado, o aquellos que se creen no se quien tocado por los dioses, típico ser tan pulento que el resto no es siquiera capas de comprenderlo, pura grandilocuencia hecha persona. O aquel que te habla de otra gente que ni remotamente te interesa o el que se rie por todo (latero en jefe), sobre todo de las cosas que él mismo cuenta, o el que terminó una relación y piensa que debería sufrir la humanidad al unísono, enfin lateros todos, líbrame señor más que de mis enemigos, de esos me encargo yo.