A horas del regreso (sólo si me dan la puta licencia). Me reclaman desde el puerto de Valparaíso. Me reclamo no volver a escapar de esta forma, aunque las siga cagando, no more. Única conclusión del viaje (mentira). Ya reconciliada con mi hermana y no conmigo misma, a pesar de lo bien que me caigo.
Que más? Que buenísimo tener amigos, de esos en los que puedes confiar a ciegas, de esos que te pasan llamando por teléfono aunque no les contestes, de esos que puedes mirar a los ojos y sabes que no te esconden nada fundamental (cada uno con sus secretos), de esos que te dan ánimo, que en vez de cagarte el día con comentarios desagradables e innecesarios se ríen contigo, de esos con los que puedes imaginarte en un par de décadas más (si lanzan al mercado la cura) viejos pero glamorosos, de esos que cuando estás con ellos todo parece fácil aunque el mundo se esté haciendo mierda, de esos con quienes se puede pasar una caña infernal de cualquier día de la semana, de esos que te retan porque temen que te vuelvas loca de deveritas y no de ficción, de esos que aunque estén dispersos por el territorio nacional se escapan algún finde para hueviar como excusa y para hablar hasta la mañana en realidad, de esos que te pueden contar la misma historia mil veces y a ti siempre te parecerá nueva y alucinante, en parte porque tienes mala memoria. De esos que el tiempo y el diablo juntó, de esos que el dime con quien andas y te diré quien eres es absolutamente cierto. De esos mis amigos...
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