Cansada pa'l pico. Enferma pa'l pico. Parece que a falta de uno de verdad sólo me queda estar en este tipo de situaciones. Pero no importa, porque si no tengo el que quiero no me interesa ningún otro. Bailando reggae andaba anoche el muy hijo de puta con una mujer vestida de negro me contó Eva Boy. Más me gusta. Mientras tanto me dedico a buscar marido en el primer mundo en una página de internet ya que tiempo en el ciberespacio es lo que me sobra (aparte de kilos y locura). Cagada de sueño también porque anoche además de esta enfermedad que padesco, se me ocurrió aceptar una invitación a beber de un joven que conocí el otro día en el msn. Lo pasamos bien pero mis experiencia con pendejos han sido tan fastidiosas que no me animo. Me da como plancha andar con niños, porque son tan ingenuamente ridículos, unos que cantan como las huevas y pretenden tener una carrera musical, otros que se creen artistas plásticos de vanguardia y no pasan de ser unos amanerados. Además barsas!!El otro día cuando vino el cantante, además de aburrirme, el muy cara de raja pretendía quedarse en mi casa, la misma puta triquiñuela que utilizó en el Cuzco y está claro que ya no me dejo manipular. Esa es la que tienen los pendejos, son unos manipuladores de mierda y una (literalmente de las chacras) cae, porque te dan lástima. Bueno, pero para que darle más vueltas al asunto si definitivamente no more little boys (aunque igual me gusta, tal vez un día medio ebria...parece que es bastante probable que terminemos tirando). He estado tan ocupada últimamente que ni siquiera he tenido tiempo de leer los libros que me prestó A., lo que tal vez sea mejor porque podría deprimirme e intentar quitarme la vida que me queda. La verdad es que siempre que creo que el chancho está hechado resulta que está más bien ensebado. Siempre equivocándose señorita CC, tan erróneas sus apreciaciones como siempre, usted no tiene puta idea adonde va su micro. Pero por otra parte creo tener todo tan claro, la manera como quiero vivir, mis prioridades (sexo, alcohol y drogas), mis afectos (mis defectos), mis gustos ( mis rarezas), hasta que aparecen los machos cabríos de más de treinta y me dejan la gran cagada en esta testa casi vacía.