01 agosto, 2007

A ver. Declaro que me encuentro en un momento de tranquilidad absoluta y con las patas más congeladas que la cresta. La verdad es que ni sé como escribir sobre esto. No hay sexo, no hay alcohol ni drogas, ni ningún tipo de lío, sólo yo y mi calma vida que no tenía idea de que me pudiera agradar tanto. He pensado! Aunque les parezca increíble. Tengo una visión clara de la dualidad que rige mi vida, y aunque esto no me sirva para resolver ningún problema, al menos es bastante alentador comprenderse a si mismo. Madurez? Ni cagando, sólo que un día tenía que entender ciertas cosas y ese día llegó, nada más que eso. Fue llegar una mañana, sola, y darme cuenta mientras caminaba por el camino que yo también era parte de esa ruralidad, que cuando estaba en el cole soñaba con tener una cuatro por cuatro y recorrer los cerros, hacerme una cabaña como de ermitaña, vivir como una. Tanto como soñaba irme a una gran ciudad y ser la Gran Puta, vivir en el desenfreno. Claro y podría hacerlo, vivir seis meses aquí y seis meses allá, ahora que todo está claro. Aún así me siento un poco confundida...