Tarde de domingo de descanso donde Chini, sin embargo ese algo que me aflije y que no sé qué es realmente aunque tengo sospechas sigue ahí. Continúan las pesadillas, la conciencia de mis profundas ojeras, esas tantas ganas de hacer sin ánimo. Tantas cosas es mente y tan poca acción. Quiero aprender a nadar donde el Tiburón Contreras, a manejar en la Escuela Internacional, inglés en Chileno-Norteamericano. Podría armar un negocio, empezar la historia de Aurelia, divertirme un poco más, pero no, recaigo en el trabajo pesado, en mis vicios, en mis iras, tal vez es verdad lo que me dijo la matrona y estoy premenopáusica, porque frígida (como lo interpretó José Miguel) jamás.
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