04 diciembre, 2007

Este mes de mierda y una sin ganas de escribir. Me he dedicado a meditar sobre el femicidio (conclusiones en las que me explayaré más abajo), ir a la playa , a salir con la Buce, a no beber, a no drogarme, a no dar jugo, a comportarme como una lady bronceada en definitiva. Bien aburrida my life el último tiempo. Me carga diciembre hasta el 26, cuando comienza nuestro hermoso carnaval de fin de año y la distorsión máxima como broche de oro para un año bien carreteado. Anoche, en la reunión mensual de Cochrane 87, ya empezamos a planear nuestro año nuevo (cena, alcoholes y lugar para presenciar los putos fuegos), cosas que nunca resultan pero por lo menos nos ponen contentos ante la posibilidad de tanto jolgorio (y tanta droga que, por supuesto, reservaremos con antelación, para después estar tan ebria que ni siquiera eres capaz de tirarte una línea y tiras todo ante tus amigos que se cagan de la risa el el paseo Yugoslavo). Así que este viernes dejo este trabajo y me doy una merecidas vacaciones , aunque tampoco TAN vacaciones porque tengo que ir a la capital en busca de mi nuevo hogar (si, cual Carmela me voy a habitar la jungla de cemento un poco a pesar mío pero en pro de mi salud física y mental). Mejor vamos con lo del femicidio.
Cada cierto tiempo a los medios de esta larga y angosta franja de tierra se les ocurren brillanteces desviadoras de atención, como el chupacabras (infecto engendro de la mitología rural), la selección nacional (infecta tropa de holgazanes a los que les pagan por ir a embriagarse al extranjero) o la infaltable farándula (a la que no calificaré porque me encanta). Pero ahora en un brote de increible sensibilidad social a estos hijos de puta les dio con lo del femicidio. Cada tarde en el noticiero central hacen un cómputo del número de víctimas que ha cobrado este delito como si lo hubiesen inventado recientemente y el año pasado a esta fecha no se hubieran pitiado a una sesentena de minas. Pican la cebolla fina, entrevistan hasta a la biscabuela de la víctima, a sus amigas de infancia, hasta a la profe de kinder, personajes que sin excepción resaltan las bondades martíricas de las occisa. Y claro, seguro que de verdad era una mujer ejemplar que camino a la santidad se encontró con un energúmeno que pretendió cambiar aunque todo el mundo le decía que aquello no acontecería nunca jamás, pero no, la futura Santa Nosequedenosedonde en su esfuerzo por llevar por la senda del bien a su piscolero, pasturriento y golpeador conviviente (si, esta futura santa vivía en el pecado carnal, lo que seguramente será obviado en el proceso de canonización) se encontró al final de su camino con una muerte brutal. Y hacen este puto y antojadizo espectáculo para hacernos creer que el problema de fondo es la violencia contra la mujer y no la violencia en general, la que mata sin importar el género, la violencia como consecuencia del ejercicio del poder, de los que tienen las armas, del estado, del imperialismo. Por otra parte, en un país tan evidentemente sobrepoblado de féminas como el nuestro (sino no se explica que un engendro como JJ tenga tantas minas) no nos viene mal que se mueran unas pocas, lo malo es que tal vez sean la equivocadas, porque por ejemplo podrían torturar y luego destripar (mientras aún viven of course) a las putas pacas que sacan partes sin sentido (femipaquicidio) o las putas canallas que se tiran el novio de su mejor amiga (femitraicionicidio) o a un montón de calzoneras de mierda inclasificables que poblan este país también de mierda (aunque no creo algún otro se salve).


2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Un posteo Furiosamente brillante. Eso de los femicidios es una mierda promovida por grupos feministas. Igual, como mujer mostras la hilacha al pedir que maten tambien a las que te roban el novio, etc. La competencia entre las mujeres es de lo peor. Es más, andá a saber si no es en la mayoria de los casos una mujer celosa la que mata a otra.

En otro orden de cosas, ¿qué mejor para estas navidades que un poco de merca? Ya mismo le estoy escribiendo mi carta a Papá Noel (Santa Claus) para que me provea de ketamina. Después te cuento.


Saludos!
K

11:49 a.m.  
Blogger Emilio said...

uno podría tambien inventar otra clase de asesinatos....podría simplemente matar a la gente sólo olvidándola....
ya se me acabo la pila....
nos vemos por ahi

7:49 p.m.  

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